El Berger Picard es una raza de perro originaria de Francia, concretamente de la región de Picardía. Este perro robusto y de tamaño mediano tiene un pelaje desgreñado y orejas distintivas que se mantienen erguidas. Aunque no es tan conocido como otras razas, como el labrador retriever o el pastor alemán, el Berger Picard ha aparecido en la literatura y el arte a lo largo de la historia.
Una de las primeras referencias conocidas al Berger Picard en la literatura proviene de la novela El Código Da Vinci de Dan Brown. En el libro, el personaje Silas, un monje albino, posee un Berger Picard llamado Sophie. El carácter leal e inteligente del Berger Picard se utiliza para realzar el carácter de Silas, que utiliza a su perro como compañero y protector.
Otra aparición literaria notable del Berger Picard es en la novela Esperando a Robert Capa de Susana Fortes. En este libro, la protagonista, Jessica, adopta a Berger Picard llamada Severine. El vínculo entre Jessica y Severine es un tema central del libro, que destaca la lealtad y el compañerismo por los que Berger Picard es conocido.
En general, el Berger Picard suele ser retratado en la literatura como un compañero leal e inteligente, lo que refleja las cualidades de la raza en la vida real. La apariencia distintiva del Berger Picard también se presta bien para la descripción por escrito, lo que lo convierte en una opción popular para los autores que buscan agregar profundidad a sus personajes.
En el mundo del arte, el Berger Picard ha sido representado en pinturas, esculturas y otros medios. Un ejemplo notable es el cuadro El sueño del pastor de Edgar Degas, que muestra a Berger Picard pastoreando ovejas en un entorno pastoral. El pelaje desgreñado del perro y su llamativa apariencia lo convierten en un tema natural para los artistas que buscan capturar la belleza de la campiña francesa.
Además de las pinturas, el Berger Picard también ha aparecido en esculturas, como la estatua de bronce La Berger Picard del artista Georges Gardet. Esta escultura, que representa a un Berger Picard alerta con las orejas erguidas, es un testimonio de la apariencia noble y robusta de la raza.
La presencia del Berger Picard en el arte sirve para resaltar sus características físicas únicas y su larga historia como perro de trabajo en Francia. Los artistas se sienten atraídos por la raza por su aspecto distintivo y su fuerte conexión con el paisaje rural de Picardía, lo que la convierte en un tema popular para la representación artística.
En conclusión, el Berger Picard ha dejado su huella en la literatura y el arte a lo largo de la historia. Desde sus apariciones en novelas hasta sus representaciones en pinturas y esculturas, esta raza ha sido celebrada por su lealtad, inteligencia y apariencia llamativa. A medida que el Berger Picard continúa ganando popularidad como perro de compañía y de trabajo, podemos esperar ver aún más representaciones de esta querida raza en la literatura y el arte en el futuro.