El mundo de la cría de perros es un panorama en constante evolución, y los criadores siempre buscan combinaciones nuevas e interesantes para crear cruces únicos y saludables. Uno de esos cruces fascinantes es la combinación del San Bernardo y el Tervuren belga, lo que da como resultado una nueva raza sorprendente conocida como San Tervuren.
El Saint Tervuren es un cruce relativamente nuevo, cuyos orígenes se remontan a finales del siglo XX, cuando los criadores comenzaron a experimentar mezclando las razas San Bernardo y Tervuren belga. El objetivo era crear un perro que poseyera la naturaleza leal y amigable del San Bernardo, combinada con la inteligencia y agilidad del Tervuren belga.
Tanto el San Bernardo como el Tervuren belga tienen una larga historia como perros de trabajo: el San Bernardo es conocido por su papel como perro de rescate en los Alpes suizos y el Tervuren belga se utiliza como perro de pastoreo en Bélgica. Al combinar estas dos razas, los criadores esperaban crear un cruce versátil y capaz que pudiera sobresalir en una variedad de tareas.
El Saint Tervuren es un perro grande y robusto, de constitución musculosa y doble pelaje grueso que le proporciona protección contra los elementos. Por lo general, tienen una melena de pelo larga y suelta alrededor del cuello y una cola tupida, lo que les da una apariencia regia y majestuosa.
Estos perros pueden variar en tamaño y peso, dependiendo del tamaño de las razas parentales. En promedio, un Saint Tervuren puede pesar entre 70 y 100 libras y medir entre 24 y 30 pulgadas de alto hasta el hombro. Su pelaje puede venir en una variedad de colores, incluidos negro, tostado y blanco, a menudo con una máscara negra distintiva en la cara.
El Saint Tervuren es conocido por su naturaleza gentil y afectuosa, lo que lo convierte en una excelente mascota y compañero de familia. Son leales y protectores con sus dueños, y tienen un fuerte sentido de lealtad y devoción hacia sus familias.
Estos perros también son muy inteligentes y entrenables, gracias a la experiencia del belga Tervuren como perro de trabajo. Se destacan en el entrenamiento de obediencia y se les puede enseñar una variedad de trucos y órdenes. Sin embargo, sí requieren un liderazgo firme y consistente para evitar que se vuelvan tercos o obstinados.
El San Tervuren es una raza activa y enérgica, gracias a la historia del San Bernardo como perro de rescate. Requieren mucho ejercicio y estimulación mental para mantenerse felices y saludables. Las caminatas, las carreras y el tiempo de juego diarios son esenciales para mantenerlos en forma física y mental.
Debido a su doble pelaje grueso, el Saint Tervuren requiere un cuidado regular para mantener su pelaje en buenas condiciones. El cepillado semanal es necesario para evitar enredos y enredos, especialmente durante la temporada de muda, cuando su pelaje se muda mucho.
También se recomiendan baños regulares para mantener su pelaje limpio y libre de residuos. Además, sus oídos deben revisarse y limpiarse periódicamente para prevenir infecciones de oído, y sus uñas deben recortarse según sea necesario para evitar un crecimiento excesivo.
En cuanto a la salud, el Saint Tervuren es generalmente una raza sana, con una esperanza de vida de 10 a 12 años en promedio. Sin embargo, pueden ser propensos a ciertos problemas de salud heredados de sus razas parentales, como displasia de cadera, displasia de codo e hinchazón. Los controles veterinarios periódicos y una dieta saludable son fundamentales para mantenerlos sanos y felices.
El San Tervuren es un cruce único y fascinante que combina las mejores cualidades de las razas San Bernardo y Tervuren belga. Con su naturaleza gentil y afectuosa, su inteligencia y su lealtad, son excelentes mascotas familiares y compañeros para aquellos que estén dispuestos a dedicar tiempo y esfuerzo a cuidarlos adecuadamente.
Si está considerando agregar un Saint Tervuren a su familia, prepárese para un perro grande y activo que requerirá mucho ejercicio y estimulación mental. Con el cuidado y la formación adecuados, Saint Tervuren puede ser un compañero cariñoso y devoto en los años venideros.